Por qué debes usar la gamificación en tu empresa
La “gamificación” está de moda, pero ¿qué es? ¿Qué aplicaciones tiene en la empresa? ¿Cómo establecerlo en una organización? Este artículo es una introducción al mundo de la gamificación
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Que levante la mano a quien le guste jugar. Si la tienes levantada, este artículo te va a encantar. Si no la has levantado pero quieres que tu empresa vaya mejor, este artículo lo vas a necesitar. Quizás has escuchado la palabra “gamificación” pero no sabes muy bien de qué va el tema. La palabra gamificación procede del término inglés gamification y se usa para designar el empleo de mecánicas propias de juegos en otros procesos no lúdicos para así lograr de forma más rápida y eficaz los objetivos propuestos. Con esta definición ya tocamos conceptos interesantes: mecánicas y objetivos.
Son precisamente estas mecánicas de juego las que aportan experiencias de usuario motivadoras y retadoras, ya que despiertan valores como la competitividad, la excelencia, el reconocimiento y la recompensa.
¿Qué puedes conseguir con la gamificación en tu empresa?
- Mejorar la motivación de tus empleados
- Mejorar los procesos formativos
- Transformar la apatía en compromiso
- Inculcar la inquietud de mejorar cada día
- Etc…
Las aplicaciones son casi infinitas y, aunque en este artículo me centraré en el cliente interno (empleado), también hay muchas opciones para aplicar la gamificación orientándola a la captación de clientes externos y a su fidelización.
Mirando de puertas hacia dentro, cada vez son más las empresas que han implantado este método con el objetivo de mejorar no solo la productividad y la implicación de los trabajadores, sino otras habilidades como el liderazgo, la organización, el trabajo en equipo e incluso su propio desarrollo personal, que repercutirá en su bienestar y, por ende, en el de la compañía.
Si trabajas en el departamento de Recursos Humanos en una empresa, habrás podido comprobar cómo cuesta cada vez más motivar a los trabajadores para realizar cursos formativos de manera voluntaria. En ese caso, la gamificación puede ayudarte a cambiar la percepción que los empleados tienen de la formación, viéndola no solamente como algo necesario, sino también como algo divertido y retador.
Las fases para implantar un sistema gamificado en una organización son:
1.- Define las bases del juego: ¿para qué queremos usar el juego?
2.- Ambiente del juego: narrativas, equipos, temáticas, etc…
3.- Esquema de puntuación: a todos nos gusta competir. ¿Cómo conseguirán puntos los jugadores?
4.- Misiones y retos: genera una sensación de desafío constante, bien de manera
individual o por equipos.
5.- Premios y recompensas: ¿qué conseguirán los ganadores y los participantes?
Las técnicas de aprendizaje tradicionales son repetitivas y cada vez menos efectivas, así que es hora de buscar nuevas soluciones, los empleados lo agradecerán y se verán los resultados… ¡es hora de jugar!