Miedo del miedo
Roosevelt decía que la única cosa de la que debemos tener miedo es del miedo
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Se puede afirmar que estamos preparados para convivir con el miedo y adaptarnos o afrontar las distintas amenazas a las que nos vemos sometidos. Pero, el miedo es uno de los símbolos de las sociedades contemporáneas, aunque el ser humano ha convivido con él desde tiempos ancestrales. En estos momentos, la información en tiempo real, de un lado a otro del mundo, la conexión de las personas, la incertidumbre, lo desconocido… son sentimientos que vivimos de forma colectiva. Tal y como señalaba Kemper, en su teoría interrelacional, la mayor parte de las emociones humanas se alimentan y tienen sentido en el marco de las relaciones sociales. Esto está más de actualidad que nunca, nuestras relaciones se tambalean, nuestro marco de entendimiento ha cambiado, sin periodo de adaptación, sin tiempo para crear otro que lo sustituya, vivimos un estado de anomía, donde tendremos que crear ese nuevo marco de relaciones, de entendimiento, pero en el que las reglas no están claras.
A un metro de distancia
El distanciamiento social impuesto afecta a nuestras emociones, individual y colectivamente. La naturaleza de las emociones está condicionada por la naturaleza de la situación social en la que los hombres se sienten y el miedo también responde a una situación social específica y sin un análisis emocional no podremos superarlo. Montaigne, humanista del Renacimiento, ya apuntaba que la causa de tener más miedo es el miedo, porque supera en poder a todo lo demás. Solo desde un análisis positivo y colectivo conseguiremos superar el miedo, solo la vivencia emocional colectiva nos ayudará a entender fenómenos y dar respuestas colectivas ante situaciones y procesos sociales diferentes. Encontrar esas emociones colectivas nos permitirá diseñar nuevos modelos de relaciones sociales, que tan necesarios serán en los próximos tiempos para construir el “juego” de la vida social.
Y en la empresa…
En las organizaciones el miedo también está presente. En algunas como forma de “inspirar” a sus empleados para que sean más rentables; en otras, como parte del gobierno organizativo y como estrategia para “aceptar” las normas. Sin embargo, la situación provocada por el COVID19 ha transformado también el miedo en las organizaciones, lo ha universalizado, afectando a todos, desde las empresas del Ibex hasta los autónomos, desde la mera supervivencia, cuando la mayor parte del tejido empresarial está en periodo de hibernación, hasta la reinvención, siendo verdaderamente conscientes de que los últimos dos meses cambiarán muy profundamente la forma de hacer negocios y gestionar empresas.
Solo si logramos superar colectivamente el miedo saldremos ganadores de esta situación, para reinventarnos y construir el futuro.