La ciberseguridad, un reto para la banca
La evolución de las amenazas en la red es ya una de las principales preocupaciones del sector bancario.
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Los bancos van a tener que adaptarse a los cambios que se esperan en 2018, un escenario repleto de riesgos financieros, pero también tecnológicos y propios de la innovación. Por lo tanto, ¿cuáles son esos riesgos no financieros a los que se enfrenta el sector? Uno de los principales es la ciberseguridad.
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), nuestro país registró en 2017 el mayor número de incidentes de seguridad en internet de toda la historia. La amenaza online es ya uno de los mayores riesgos y todas las empresas son cada vez más vulnerables en esta guerra que afecta de lleno al sector bancario, por lo que deberá incrementar las medidas este 2018. Debido a los avances que se han desarrollado en tiempo récord en esta materia, el sistema requiere un mayor conocimiento, las entidades financieras están “obligadas” a colaborar para protegerse a ellas mismas y a sus usuarios.
La ciberseguridad pone en riesgo la continuidad del negocio y la reputación de éste. Aunque actualmente el sector bancario en España ocupa una buena posición a nivel europeo en seguridad online, “los ciberataques a este sector han aumentado tanto en número como en nivel de sofisticación. Uno de los mayores retos ahora es el crecimiento de nuevos vectores de ataques que van más allá de obtener los datos de los clientes”, señala Luis Ojeda, experto en Ciberseguridad, que recuerda que “las entidades financieras únicamente podrán seguir estando preparadas con fuertes inversiones en sus sistemas informáticos, y con la realización de auditorías de forma regular”.
Los inconvenientes de la digitalización
Las empresas innovan en la relación con el cliente mediante la apertura de sus canales digitales, pero estos nuevos canales pueden incrementar el crimen en la red, ya que esta tendencia hacia la digitalización puede atraer aún más a los ciberdelincuentes. Según señalan diversos estudios, el móvil será la principal vía para realizar cualquier servicio financiero en 2020, por delante del ordenador o el trato personal.
Herramientas para anticiparse al crimen en la red
Es difícil pronosticar el ataque online, pero ya lo dice el refrán, “más vale prevenir, que curar”. Son muchos los profesionales que trabajan para orientar mediante planes que planten cara a los criminales. Algunas herramientas ya se están poniendo en práctica, como la formación, las auditorías para comprobar el grado de seguridad de la banca, las mejoras en la protección de datos (por ejemplo, en cuanto a los formularios que rellenan los clientes), los sistemas de identificación de los fraudes, los sistemas de prevención o los sistemas de resolución de ataques, etc. Haciéndose hincapié en muchas de ellas en el último anuario del IEB.
Fuente de empleo
Ya se ha visto que los delincuentes innovan, por eso es importante continuar trabajando al respecto. Las empresas, en general, y el sector bancario en particular son conscientes y un estudio de Hiscox lo avala. En el informe, aseguran que las compañías van a aumentar sus presupuestos en ciberseguridad durante 2018. Hoy, el presupuesto en seguridad de los principales bancos españoles alcanza cifras de decenas de millones de euros.
También aumentarán las contrataciones de profesionales en esta materia. De hecho, muchos países como EEUU, Francia, Rusia o Israel están cambiando sus planes educativos, incorporando estos campos de especialización, dado que la demanda es superior a la oferta existente. En nuestro país, entidades como el BBVA ya han creado un departamento específico en ciberseguridad por la creciente preocupación.
¿Y los datos personales?
Para favorecer esa seguridad en la red, 2018 también trae consigo nuevas normas y regulaciones que favorecerán dicha protección. Por ejemplo, el nuevo reglamento GDPR que insta a los bancos a avanzar en la ciberseguridad en el sector o la nueva directiva de pagos PSD2 (Second Payment, Services Directive), que también reforzará la seguridad.
Muchas de estas herramientas ya se conocían, ahora el reto está en trabajar ellas para hacerlas más fuertes. Los bancos deben reforzar sus medidas de seguridad para ofrecer una experiencia segura. De esta experiencia, podría depender, en gran medida, que sus clientes le sean fieles o les abandonen por otras entidades que garanticen al 100% la seguridad de sus cuentas.