#EreccionesAnticipadas, la campaña que calienta los comicios en Madrid
¿Qué pasa si unimos sexo y política en una campaña de publicidad? Que puede provocar #EreccionesAnticipadas.
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Suena a chiste malo de cómico moderno, pero no lo es. #EreccionesAnticipadas es, ni más ni menos, que una irreverente campaña de publicidad de una nueva tienda de dulces eróticos, gofres, para ser exactos. Ahora, Kikita llega al centro de la capital rompiendo moldes, y nunca mejor dicho, para hacer competencia a los ya famosos gofres con forma genital que se venden en Chueca.
La campaña desarrollada por la Agencia Amundsen reúne algunos puntos importantes para triunfar con su acción y vamos a analizar por qué esta atrevida campaña de marketing mola tanto y cómo ha conseguido en tan solo unas horas dar mucho que hablar en medios digitales y redes sociales, generando gran ruido mediático.
Un slogan efectivo
Hay que reconocer que el juego de palabras es de lo más sugerente. No cabe duda, que si lo que quieren es vender gofres con forma de pene erecto, se van a hinchar a hacerlo y el nombre escogido para la campaña no puede estar mejor hilado qué #EreccionesAnticipadas.
Timing perfecto
Han sabido aprovechar el momento político. Coincidiendo con el inicio de la campaña electoral y la pegada de carteles políticos de los diferentes partidos, la gofrería ha aprovechado para empapelar, con carteles llenos de mensajes provocadores, algunas calles neurálgicas de Madrid. Estos hacían mención a los candidatos políticos: ‘Ángel, te vas a comer algo muy gordo’, ‘Pablo, ¿seguro que vas a poder con todo?’ o ‘Isabel, nosotros sí sabemos provocar’, rezan algunos de estos carteles.
En otros términos, aprovecha el dayketing, es decir, basan su estrategia de contenidos según las fechas señaladas del calendario, como por ejemplo Netflix ya ha hecho en otras ocasiones. ¿Recuerdas el lanzamiento de su campaña navideña: “Oh, blanca Navidad” que empapeló la madrileña Puerta del Sol para promocionar el lanzamiento de una de sus series estrella?
Controversia servida
El simple hecho de apelar a los candidatos en tan ferviente momento político, con mensajes que se prestan al juego de los dobles sentidos es una clara llamada de atención para el ciudadano. El sexo y la política siempre están ligados con la pasión, sea cual sea nuestra preferencia, por lo tanto, apelar a ambos son un pase directo al qué dirán, provocador y muy pero que muy inteligente.
Street marketing
Empapelar con carteles, sin grandes despliegues ni vallas publicitarias, algunas calles céntricas de la capital implica un coste bajo y una viralidad altísima. El carácter provocador de los carteles es la mecha perfecta para que los ciudadanos, smartphone en mano, los fotografíen, los envíen y posteen en un abrir y cerrar de ojos, consiguiendo que la campaña sea conocida en tan solo unas pocas horas, por millones de personas.
No sin estrategia
Por último, esta gofrería se ha valido de algo que es primordial en cualquier acción que queramos realizar: una sólida estrategia. Cualquier campaña de marketing, publicidad o redes sociales que se precie debe girar en torno a una estrategia. Sin estrategia estamos muertos.
Alex López, responsable creativo de la Agencia Amundsen, explica que lo que se ha buscado con esta ha campaña , “es ganar notoriedad y aprovechar la coyuntura político-social para acercarse a la sociedad y, recuperar un formato y un soporte denostado ante la evolución digital de la última década: la publicidad exterior en su versión más tradicional”.
En definitiva, la gofrería ha lanzado una campaña de corta duración con un impacto muy alto. Sus ideas provocadoras y su publicidad inteligente no van a dejan indiferente a nadie. Se presenta como “una gofrería erótica que quiere hacer llegar su mensaje y demostrar que sus productos son para todos los públicos sin necesidad de tener una mente perversa, más allá de los prejuicios absurdos que invaden la sociedad y, para ello, qué mejor para “democratizar” sus gofres eróticos recién hechos que aprovechar la coyuntura de las elecciones a la Asamblea de Madrid en la que los ciudadanos eligen a sus representantes institucionales.