eLiderazgo
La figura que ha emergido con mayor fuerza en los últimos meses en el entorno empresarial es el líder digital. Sus competencias han sido clave en una situación de adversidad.
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El COVID-19 va a dejar una profunda huella en las empresas y en las relaciones interpersonales. El proceso de transformación digital de muchas empresas se ha acelerado exponencialmente, convirtiéndolas en organizaciones más digitales, inteligentes y automatizadas.
En este contexto, el teletrabajo se ha consolidado como una solución eficaz para mantener la actividad de las empresas. El confinamiento obligó a muchos profesionales a trabajar desde sus casas sin ningún tipo de planificación previa. Según datos del INE, se pasó del 4,8% de personas que teletrabajaban en 2019 a un 34% durante el estado de alarma.
Esta precipitación, motivada por las circunstancias, ha generado muchos problemas en los trabajadores, afectando incluso a su salud y a sus emociones, produciendo episodios de tecnofobia, tecnoestrés o vamping.
Aunque a partir de ahora pueda convertirse en una práctica habitual o complementaria para muchos profesionales, durante estos meses se ha realizado sin apenas entrenamiento previo, dejando que cada uno se organizara de la mejor forma posible. El resultado ha sido que, en muchos casos, la vida personal ha interferido de tal modo en el desempeño de la actividad profesional que muchas personas han intentado compensar la merma de productividad trabajando más horas. Esto es un error, dado que lo importante es que cada profesional adapte el teletrabajo a sus circunstancias personales y a su propio ritmo.
Teletrabajar, sin duda, tiene muchas ventajas. Aporta flexibilidad, favorece la conciliación familiar, ahorra costes, fomenta la colaboración y permite interactuar sin fronteras ampliando el radio de acción y las oportunidades de negocio, aunque también tiene muchos inconvenientes, tal y como ha quedado patente. En los hogares, las conexiones son más deficientes y los ciberriesgos son mayores, dado que no disponen del equipamiento y medidas de seguridad que existen en las empresas. Para los profesionales con niños menores ha supuesto un verdadero estrés poder trabajar sin interferencias permanentes.
Estamos ante un nuevo escenario que ha transformado los modelos de trabajo y los procesos internos de las empresas, dando un protagonismo fundamental al eLiderazgo o liderazgo digital.
Los líderes digitales son hombres o mujeres que combinan habilidades directivas y de gestión con la capacidad de integrar la tecnología necesaria en las empresas e involucrar a todos los colaboradores en su uso para favorecer la competitividad y productividad de toda la organización.
Las 7 C
Las 7 C o competencias que debe reunir el líder digital son las siguientes:
- Conectar. Para liderar equipos en remoto, tan importante es que los miembros del equipo conozcan y entiendan las expectativas del líder, como que este sepa escuchar y empatice con la situación personal de sus colaboradores. Además, deberá reservar tiempo para reunirse periódicamente, de forma individual o agrupada, así como de forma formal o informal.
- Clarificar. Debe definir unos objetivos claros y alineados para trabajar en remoto. Cada colaborador debe comprender su rol y los objetivos que tiene asignados, tanto individuales como colectivos.
- Comunicar.Tiene que habilitar canales que fomenten la comunicación permanentemente, tanto bidireccional como multidireccional. La tecnología es la gran aliada de los líderes digitales, dado que ofrece soluciones para todo.
- Colaborar. Existen soluciones colaborativas en la nube que favorecen la conversación colectiva entre todos los integrantes del equipo, permitiéndoles trabajar sobre documentos comunes al mismo tiempo, desde cualquier dispositivo o ubicación. Algunos ejemplos son GSuite, Office 365, Trello, Teamwork, Planner o Slack. Con el uso de estas herramientas, todo el mundo puede realizar sus funciones en remoto con total normalidad e interactuar con el resto de compañeros y clientes.
- Controlar. El seguimiento de indicadores o KPIs es fundamental para revisar los objetivos y asegurar la productividad de los colaboradores y del equipo que trabaja en remoto. Lo que no se mide no se puede gestionar ni mejorar.
- Confiar. Hay que dejar fluir a las personas. Si se ha transmitido bien la cultura empresarial, los objetivos y lo que se espera de cada profesional, hay que dejarles trabajar y organizarse de la forma que consideren más adecuada a sus circunstancias personales. Lo importante no es que se sientan controlados, sino acompañados. Acompañar significa estar en el momento que te necesitan, bien sea para resolver un problema o bien para recibir una ayuda para alcanzar los resultados esperados.
- Cambiar. El cambio es algo permanente en las empresas. A veces, el cambio viene inducido por el entorno y en otras ocasiones constituye una palanca estratégica de la empresa para mejorar su competitividad. En cualquier caso, el cambio es un “tránsito de una situación o realidad a otra distinta”. La incertidumbre que acompaña al cambio da miedo y despierta resistencias internas. El líder digital debe ser consciente de ello y poner en marcha mecanismos para ayudar a sus colaboradores a transitar por la montaña rusa del cambio.