Covid-19 y uso del tiempo
El coronavirus ha dado la vuelta a nuestro día a día. De repente nos hemos tenido que adaptar a nueva situación y aprender a gestionar las 24 horas de una jornada de forma totalmente diferente a lo que era habitual.
|
El mundo laboral ha encontrado en el teletrabajo una fórmula de emergencia necesaria para mantener la relación contractual y permitir, en aquellos casos que es posible, una cierta conciliación laboral, familiar y personal. Empresas y trabajadores han tenido que adaptarse rápidamente y como han podido a esta forma de trabajar por la crisis del Covid-19.
Toda crisis conlleva un oportunidad
Hay que decir que la elección de este modo de trabajo se adopta como respuesta a una situación de emergencia, más que como un mecanismo de mejora de la productividad, de la conciliación, retención del talento, reducción de la contaminación o el ahorro energético. La opción del teletrabajo nos puede permitir romper barreras que ayuden a incorporar el trabajo no presencial como una fórmula que se vaya asimilando y normalizando con la finalidad de incorporarla como un factor cultural más en nuestra esfera laboral, y evidentemente debe ser una fórmula que ayude en términos de conciliación más que de confinamiento.
La cultura del teletrabajo, sin la presión de esta situación de emergencia, debería contar no sólo con los equipos informáticos, sistemas de comunicación y de conectividad necesarios para llevarlo a cabo y las suficientes garantías en seguridad laboral y psicosocial; también conlleva implementar un conjunto de buenas prácticas en la forma de organizarse el tiempo, de gestionar los descansos y de evitar distracciones a partir de la autoexigencia.
Otra forma de trabajo es posible
Está suponiendo también la incorporación de aplicaciones web Office para trabajar en la nube facilitando el acceso remoto de todas las personas conectadas a toda la información en tiempo real, y de las aplicaciones del control de tiempo, como una nueva cultura del trabajo para muchas personas. También un incremento de las reuniones virtuales y por tanto de las aplicaciones dedicadas a garantizar la comunicación audiovisual entre personas evitando desplazamientos, ahorrando tiempo y en este caso riesgos de contagio.
La crisis del coronavirus nos limita mucho las opciones de nuestro disfrute personal sin posibilidad de consumir presencialmente ocio, cultura, deporte al aire libre o gastronomía. Esto ha provocado que parte de este consumo se haga en línea (plataformas audiovisuales, ofertas de conciertos y obras de teatro on-line …) además de recurrir a la lectura clásica de un buen libro de nuestra estantería.
Solidaridad y compromiso
Y surgen múltiples iniciativas ciudadanas solidarias que ante el Covid-19 buscan dar facilidades a las familias más vulnerables socialmente, ya sea en tareas de compra, ayudar en el cuidado de mayores o personas dependientes, o dar ideas útiles para que nuestros pequeños aprovechen de la mejor manera posible su tiempo.
Las crisis también son oportunidades, el ser humano sometido a una situación extrema o crítica agudiza el ingenio, es más creativo, más imaginativo para resolver problemas y cubrir necesidades y es cuando, históricamente está demostrado, surgen los mejores inventos y mayores avances de la humanidad. La del Covid-19 nos ha de enseñar a normalizar el trabajo más flexible, eficiente y productivo, de entender mejor el recurso del tiempo para saberlo aprovechar mejor, de evitar más movilizaciones de las necesarias y familiarizarnos con el ahorro energético, y como no, saber valorar mejor, mujeres y hombres, el equilibrio necesario para conciliar laboral, familiar y personalmente con plenitud. Si lo hacemos ante una crisis sepamos impulsarlo a partir de ahora. Aprovechemos y aprendamos de la experiencia.