10 (+1) cosas que debes tener si quieres montar una tienda online
De la misma manera que no deberíamos abrir una tienda física sin un almacén o sin un contrato de electricidad, hay una serie de básicos que todo ecommerce necesita
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Muchas empresas o emprendedores se lanzan a montar su tienda online por razones muy diversas. Para algunos es una oportunidad de salir adelante, de estar por encima de la competencia, de aprovechar una oportunidad de mercado… Otras veces (espero que las menos) porque no saben qué otra cosa hacer, porque piensan que “es lo que toca”, porque “todo el mundo la tiene” o, simplemente, por quedar bien con un proyecto que presentar a dirección.
Independientemente de las razones por las que se haya puesto en marcha, todas las tiendas online, desde el momento en que nacen, tienen las mismas posibilidades de salir adelante y cumplir sus objetivos. Espera… ¿objetivos? Sí, eso es lo primero que tienes que tener antes de montar tu página de venta online. Sin objetivos no hay plan, ni podrás medir los resultados. No debería haber ecommerce sin objetivos. Lamentablemente -lo veo a diario-, hay muchos ecommerce sin ellos.
¿Qué deberíamos tener antes de montar un ecommerce?
Más que “qué deberíamos tener”, hablaremos de “en qué deberíamos pensar”. Pero, una vez tenemos un objetivo en mente, antes de lanzarnos a la aventura debemos estar seguros de que la tienda tiene lo mínimo para sobrevivir. De la misma manera que no deberíamos abrir una tienda física sin un almacén o sin un contrato de electricidad, hay una serie de básicos que todo ecommerce necesita para sobrevivir:
- Conocimientos. Parece elemental, pero una tienda online tiene que ser montada por alguien que sepa qué significa vender online. Si depositas la suerte de la venta en la web en que el programador, el responsable de marketing o el proveedor de artículos hagan su trabajo de forma autónoma, estás condenado al fracaso. Si vas a dirigir una página web, tienes que saber cómo funciona la venta online o será muy difícil controlar el proceso.
- Mercado. Doy por sentado que tienes un producto. Pero ¿tienes localizado a quien lo va a comprar? Es muy importante tener una foto del futuro comprador (nota: no vale decir: “es que mi producto es universal”. Fracasarás) para que puedas validar tus hipótesis de venta y saber dirigir el mensaje. Antes de nada define sociodemográficamente a tu target, intenta conocer sus intereses, sus costumbres… todo lo que puedas antes de empezar a ofrecerle tu producto. ¿Puedes cambiar de target o probar otros nuevos? Por supuesto, pero no pienses que tu comprador es todo el mundo porque nunca lo es.
- Logística. Debes resolver el tema de la logística antes de programar una sola línea de código. No sólo forma y costes de entrega. También política de devoluciones, responsabilidades de los proveedores, canales de atención al cliente… Una vez en marcha, este es el hueco por el que muchos ecommerce empiezan a venirse abajo.
No pierdas de vista la importancia del coste de envío a la hora de tomar la decisión de compra porque te puedes llevar una sorpresa.
- Un plan. El día en que pongas tu web en producción, si no antes, debes tener claro a qué puertas vas a empezar a llamar, con qué productos vas a innovar, qué modificaciones puedes hacer en la web… Pero lo más importante, por encima de todo, es un plan de marketing. Si vas a invertir (debes hacerlo en casi todos los casos), apunta dónde y con qué recursos lo vas a hacer. Tus primeras campañas de marketing deben servir para aprender en qué canales puedes encontrar a tus futuros clientes, y a qué coste en cada uno de ellos. Un plan se hace para revisarlo, no para enmarcarlo y adorarlo todos los días.
- Equipo de trabajo. Sorpresa: una web de venta no vende sola. Puede que pienses que con abrir la web, subir los productos y tener alguna campaña de marketing activa, se van a producir las primeras ventas. Pero si no tienes a un equipo (aunque sólo sea de una persona al principio) que piense en la web, productos y clientes durante las 24 horas del día, va a ser mucho más difícil.
- Herramientas de analítica. Igual que es importante tener objetivos y un plan, si no mides los resultados, estarás tan ciego como una termita en un tronco de pino. Desde el primer día tienes que saber qué está pasando con las visitas: de dónde vienen, cuántas tienen interés en los productos, cuántas inician el proceso de compra, cuántas lo acaban o no y por qué. No te empeñes en si determinado ratio de conversión o clics es bueno o es malo. La mejor información que puedes sacar es comparándote contigo mismo en el tiempo para saber si estás haciendo las cosas bien.
- Tiempo. Vuelve a leer el punto 5: una web no vende sola. Si no tienes tiempo para estar analizando el comportamiento de la web (aunque al principio no tenga ventas o si tiene miles), es muy poco probable que tenga futuro porque no podrás reaccionar ante los cambios que se van a producir. No lo estoy dando como posible o probable: se van a producir cambios. De tu público, tu competencia, el mercado… Tienes que reaccionar a tiempo o será demasiado tarde.
- Disciplina. Sin un método de trabajo, sin un buen sistema de organización de la información, sin un control de la evolución de los datos, la web se te va a escapar de las manos. Dejar de prestar atención supone encontrarse con fallos en la atención a los clientes o a los proveedores y puede desembocar en una crisis.
- Paciencia. Puede que al principio no pasen cosas. Puede que pienses que no vale para nada lo que estás haciendo. Pero piensa en la cantidad de ruido que hay ahí afuera (me refiero a la web). Hacerte tu hueco y ser escuchado puede llevar su tiempo. Paciencia y tesón no te deben de faltar a la hora de montar tu ecommerce.
- Suerte. Esto siempre hace falta, por muy buenos que seamos. Si tenemos la suerte de adelantarnos a la competencia, o de que nuestra campaña sea bien recibida por la audiencia, o si tenemos un golpe de fortuna y varias de nuestras páginas se posicionan muy bien en buscadores… Sí, la fortuna sonríe a los audaces. Pero si no nos sonríe, nos va a costar mucho más.
Alguien te lo tiene que decir, porque parece que vivimos en la época del “todo es posible” y “yo también puedo”. Que un ecommerce funcione depende de muchas cosas, pero la principal es hacer las cosas bien. No de tus ganas, o de tu actitud positiva -que, ojo, las vas a necesitar-. Que un ecommerce venda sólo sucederá si el trabajo está bien hecho y de manera profesional. El resto son experimentos con plastilina.