Cómo gestionar la incertidumbre tras la vuelta al trabajo
En tiempos de coronavirus, aprender a manejar la incertidumbre es casi tan necesario o incluso más que adaptarnos al uso de mascarilla. Te proponemos 4 pasos para aprender a gestionarla.
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El ser humano es el único animal capaz de angustiarse por aquello que nunca sucederá. ¿Cuántas veces hemos sufrido en silencio por situaciones imaginarias que nuestro cerebro no paraba de proyectar? ¿Cuántas de esas veces, esos hechos nunca llegaron a hacerse realidad? Seguramente, muchas. En el contexto actual de crisis provocado por la pandemia, aprender a manejar la incertidumbre es casi tan necesario o incluso más que adaptarnos al uso de mascarilla, para contribuir a evitar la propagación del COVID-19.
¿Cómo podemos tolerar mejor la incertidumbre?
“Cuando el ser humano emplea una estrategia que no le funciona, se siente frustrado, pero puede cambiar de estrategia aun sin que nada haya cambiado en el ambiente o en la situación”, explicaba en una entrevista publicada en la UNSAM*, el investigador Daniele Amati. Pero ¿qué sucede cuando lo que nos ha cambiado por completo es precisamente la situación vital? ¿Cómo aprendemos a tolerar esa frustración?
“Cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas”.
Cuentan que fue en Ecuador, donde se vio por primera vez escritas, de manera anónima, estas palabras que dieron la vuelta al mundo. Fue Mario Benedetti quien se encargó de hacer con ellas lo que hoy haría twitter: viralizarlas. Esta famosa inscripción anónima nos recuerda algo que la llegada del COVID-19 a nuestras vidas se encargó también de reseñar: la fragilidad del futuro, la vulnerabilidad del ser humano, y la dificultad de este para aprender a gestionar algo que es incontrolable.
En el ámbito empresarial, los profesionales han tenido que doblegarse ante la adversidad. Aquellos empresarios que sean capaces de adaptar sus planes de marketing y ventas y sus estrategias de negocio a la velocidad de la luz dictada por el coronavirus, serán los que tengan más probabilidades de superar esta época de incertidumbre. No es fácil comprender y asimilar que se ha producido un cambio de paradigma que nos ha catapultado a lo que algunos llaman “nueva normalidad”.
A continuación, te proponemos 4 pasos para aprender a gestionar la incertidumbre, en tiempos de coronavirus:
ACEPTACIÓN,
Aceptar que no depende de nosotros es el primer paso para gestionar mejor lo que nos toca vivir. Podemos preguntarnos cuál es el papel que tenemos ante esta situación, y en base a esa respuesta orquestar la acción que sí podemos desempeñar. El psicólogo Carl Jung decía que “aquello a lo que te resistes, persiste. Aquello que aceptas, se transforma”. Hagamos caso a Jung, y abandonemos el estado de negación que nos puede bloquear e impedir la acción.
AGRADECER LO POSITIVO
En toda situación de incertidumbre podemos encontrar aquellas cosas positivas que poseemos. Debemos aferrarnos a ellas para continuar. Por ejemplo, si tu empresa ha realizado un ERTE parcial, valorar positivamente que todavía conservas tu empleo. Piensa que muchas personas han perdido su trabajo, tras la llegada del coronavirus.
Suena a tópico, pero la sabiduría popular nunca falla “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, valoremos pues, lo que tenemos a pesar de las dificultades.
INFÓRMATE AL MÁXIMO
El conocimiento es poder. Cuanto más nos informemos, más conscientes seremos de la situación que atravesamos y con más herramientas podremos hacernos para gestionarlo. ¡Ojo! Conocer también da miedo. Pero como dice Julio de la Iglesia, el miedo es de valientes. Si nos enfrentamos a él, habremos crecido y aprendido como personas
PLANIFICAR
La mejor forma para combatir la incertidumbre es pasar a la acción. Es decir, como no podemos controlar lo que sucede, pero si podemos dibujar los diferentes escenarios a los que podemos llegar, ¡pongámonos manos a la obra! Planificar los diferentes escenarios posibles nos ayudará a concentrar nuestra mente en “el hacer”, que evitará bloqueos y nos ayudará a estar prevenidos para lo que pueda venir.
¿Cómo aprender a no pensar tanto en el futuro si somos seres proyectuales?
“El ser humano es fundamentalmente proyectual. Cada uno de nosotros tiene sus proyectos; algunos grandiosos, otros no tanto, pero no existe un ser humano que no tenga proyectos. Con reproducirse y comer no le basta, constantemente busca algo más”, explicaba el célebre investigador Daniele Amati, en la citada entrevista*.
Esta capacidad cognitiva de proyectar el futuro, tan propia del ser humano, se ha tambaleado con la llegada del coronavirus, igual que el tótem de Leo Dicaprio en el final de Origen(2010), cuando el protagonista lo lanza sin mirarlo, porque ya no le importaba su sino. Al igual que Leo, tendremos que hacer girar nuestro tótem vital al ritmo que marca el presente, sin que nos importe demasiado lo que nos depare el futuro.
Por último, si aprendemos a disfrutar del momento presente, del aquí y del ahora, conseguiremos reducir la desazón que nos provoca lo incontrolable.
PD: ¡Siempre nos quedará el cine de Nolan para jugar con el tiempo!